Los responsables del control y la movilidad
¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo se produce cada movimiento de tu cuerpo, no solo en los que implican un desplazamiento de tus brazos, piernas o cabeza, sino también en cómo se mueven y trabajan en tu interior cada uno de los órganos que te permiten vivir de manera normal?
La respuesta es muy sencilla: todo se lo debemos a los músculos, que constituyen el volumen más importante del cuerpo. Ellos representan alrededor del 30 por ciento del peso de la mujer, 40 por ciento del hombre y hasta 50 por ciento del peso total en el caso de algunos atletas, como los levantadores de pesas.
Todo acto, consciente o inconsciente, de nuestro cuerpo, que implique movimiento, fuerza o el control uniforme de una posición, depende de la acción de la masa muscular, controlada por el cerebro y la médula espinal a través de una compleja red de circuitos nerviosos que conducen de manera continua las señales que los comandan.
Así, una acción tan rutinaria como beber un vaso de agua requiere que los músculos del brazo lo acerquen a la boca, los de la garganta lo traguen, los intestinales ayuden a que el líquido se desplace y que los de la vejiga lo expulsen. Todo eso además del esfuerzo muscular en la espalda, cuello, cabeza y piernas que nos permiten adoptar una posición erguida, ya sea que estemos sentados o de pie.
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